Os invito a contemplar la vuelta de
Santa María de la casa de su prima Santa Isabel.
Han pasado muchas cosas desde que el
ángel Gabriel entró en su presencia, y sabe que aún faltan muchas cosas por
ocurrir hasta el nacimiento de su Hijo.
El simple hecho del embarazo ya es
toda una aventura en su vida: toda la esperanza de vida, y todos los
malestares, viviéndolo en su primera etapa coincidiendo con la última del de
San Juan.
Y su pensamiento torna mucho hacia
San José: ¿Cómo estará? ¿Qué pensará? ¿Cómo será nuestra relación interpelada
tan hondamente por esta criatura?
Metámonos con nuestra imaginación en
los pensamientos más íntimos de nuestra Madre y preguntémosle sobre nuestra
situación actual, porque, así como heredamos genes y personalidad de nuestro padre
y de nuestra madre, así Dios ha querido que, además de ser imagen y semejanza
suya, también heredemos las virtudes y rasgos de la Virgen.
Contemplémosla, parezcámonos mucho a
Ella, para que nuestro corazón se asimile más al corazón del Padre.
Así sea.