El descanso en Dios es fruto de la fe
y la constancia. La vida eterna que se nos promete no es fruto de una
constancia a base de puños, de esfuerzo sobrehumano. Dice el apóstol:
- “Temed”: Es decir, asombraos, no os acostumbréis a Cristo. Vivid en
la “tensión”, en la “intensidad” del que se sabe sobrepasado por alguien
superior a Él.
- “Estando aún en vigor la promesa”: Es decir, que teniendo al alcance la
Salvación, el descanso… teniendo a mano el milagro del perdón de Dios, de la
sanación (Evangelio)… Porque Cristo nunca retirará su salvación… siempre está
en vigor su Misericordia…
- “Alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad”:
alguna crea que ya no hay salvación para él. Alguno llegue a creer que ya no
existe para él perdón alguno, que ha perdido la oportunidad de la Misericordia.
1. Dice San
Pablo: “hemos entrado en el descanso de los CREYENTES”, hemos entrado en la
felicidad, en la dicha de los que creen…
2. Pregunta
lógica que tenemos que hacernos: ¿Cómo está mi fe? ¿Creo realmente?
3. Pregunta
que puede salir: ¿En qué tengo que creer? ¿Cuál es esa vida del CREYENTE? Es
muy simple, creer en la promesa, creer en la vigencia de la promesa…
4. Y última
pregunta ¿cuál es esa promesa? ¿cuál es esa promesa que todavía está vigente?
¡La promesa de la salvación! Esa promesa es tener la oportunidad de la
salvación. Esa promesa de Salvación que vivió el paralítico del Evangelio:
vivió el cumplimiento de la promesa de Dios de enviar un Salvador al mundo, y
este pobre hombre experimentó esa salvación, el milagro de la sanación, física
y espiritual.
5. CONCLUSIÓN:
Viviremos, “vivenciaremos”, experimentaremos la salvación, la Misericordia, el
perdón, la sanación si y solo si:
I. Creo que
Cristo ha venido a darnos la salvación
II. Creo que esa salvación es para mí
III. Creo que
esa salvación para mí no caduca, que siempre estoy a tiempo
IV Creo que
Cristo puede obrar en mí un milagro
Feliz oración. Que experimentes en
este rato y en tu vida el perdón de Dios, su salvación, el cumplimiento de su
promesa.