18 enero 2017. Miércoles de la segunda semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

En el evangelio de san Marcos que estamos leyendo y meditando en estos días, en el texto de hoy descubrimos un auténtico tesoro. “Convertíos y creed en el evangelio” y “el Reino de Dios está cerca”. Estas dos frases ya la hemos leído en días anteriores.
Jesús hace presente el reino de Dios con su persona. Nos anima para que le aceptemos y nos llama a la conversión, a volver hacia él con renovada determinación, porque Él es mi vida.
En el texto de hoy de nuevo se manifiesta el reino de Dios sanando y curando la enfermedad de un hombre con parálisis en el brazo.
Otros, los fariseos, “estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo”. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: “Levántate y ponte ahí en medio”. Y a ellos les preguntó: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarle morir?
El diálogo entre Jesús y los fariseos no es posible, se callan ante las preguntas de Jesús. “Y echando en torno una mirada de ira, y dolido por su obstinación, le dijo al hombre: “Extiende el brazo”. Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con Jesús”.
Debo meterme en la escena “como si presente me hallara”. Realmente no es una situación tensa. Queda reflejada en la mirada de Jesús, tan distinta entre la que dirige paralítico y a los que le quieren acusar porque no cumple la ley del sábado.

Todavía en nuestro corazón quedan secuelas de dar más importancia a la ley que a la de conversión del corazón. Si sólo nos fijamos en la ley no es el camino más adecuado para aceptar y vivir el reino de Dios en nosotros. Pero si primero vivimos con confianza en el poder de Dios, entonces seré curado y el corazón se transformará y por amor también cumpliré la ley, porque también descubro en ella la voluntad de Dios. Pero que esto nunca sea  motivo, como aparece hoy en el evangelio, de tomar la decisión, según la ley, de acabar con Jesús en la Cruz.

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