3 de enero – Santísimo Nombre de Jesús – Puntos de oración

1.    Oración preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios (EE 46): “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.”
2.    Petición. Por las diferentes actividades del Movimiento de Santa María que se celebrarán.
3.    Composición de lugar. (una imagen para ayudarnos a hacer la oración): nos servimos del cuadro de la Virgen con el Niño del pintor barroco español Bartolomé Esteban Murillo (1617–1682).
4.    Puntos para orar: podemos considerar la memoria libre que la liturgia ofrece para celebrar este día: el Santísimo Nombre de Jesús.
Contemplar el cuadro de la Virgen con el Niño. Sobre el regazo de la Virgen está el Verbo de Dios. El nombre de Dios en el Antiguo Testamento, revelado a Moisés es “Yo soy” (Yavhé). El nombre de Dios es innombrable. Dios no tiene un nombre como nosotros. Dios es “el que es.” Dios es el ser por sí mismo. Sin embargo, al hacerse hombre, al encarnarse, al secularizarse (en expresión de Abilio de Gregorio), Dios se abaja a tener un nombre como cualquiera de nosotros: “Jesús”. E incluso a tener un apellido que le remite a un origen: “el hijo del carpintero” o “el hijo de José” (Benjosé) o “el hijo de María.” Se ha metido en nuestra historia. No lo ha simulado. Está dentro de una genealogía y dentro de un pueblo, con todas sus virtudes y defectos. Y con ese nombre y con esa historia Jesús es nuestra salvación. Y como dice la carta a los Filipenses “Tened entre vosotros los sentimientos de Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre, de modo que la nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” (Flp 2, 5–11)
Y en estos días hemos contemplado en la oración cómo los pastores se arrodillaban ante el Niño y cómo los magos le adoraban postrados. Postrémonos también nosotros ante este Niño. Que su nombre lo repitan nuestros labios a todas horas. En la salud y en la enfermedad. En las tentaciones y en las dificultades de todo tipo. Como el ciego de nacimiento a las puertas de Jericó, gritemos fuerte en nuestro interior para que nada pueda acallar nuestro grito: “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí.” (Lc 18, 38)
5.    Unos minutos antes del final de la oración: Diálogo con la Virgen. Pedirla que nos lleve a su hijo. Avemaría.
6.    Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.
7.    Jaculatoria para este día: “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí.” (Lc 18, 38)
8.    Enlace: mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2017
9.    Fruto de la devoción popular, la iglesia nos presenta unas preciosas letanías del Nombre de Jesús que podemos leer,  meditar y saborear con calma en la oración de este día.

Letanías al Santísimo Nombre de Jesús:
-Señor, ten piedad de nosotros
-Cristo, ten piedad de nosotros
-Señor, ten piedad de nosotros
-Cristo, óyenos
-Cristo, escúchanos
(se repite)
-Dios, Padre celestial,
-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Santísima Trinidad, un solo Dios,
-Jesús, hijo de Dios vivo,
-Jesús, esplendor del Padre,
-Jesús, pureza de la luz eterna,
-Jesús, rey de la gloria,
-Jesús, sol de justicia,
-Jesús, hijo de la Virgen María,
-Jesús, amable,
-Jesús, admirable,
-Jesús, Dios fuerte,
-Jesús, padre del siglo futuro,
-Jesús, mensajero del plan divino,
-Jesús, todopoderoso,
-Jesús, pacientísimo,
-Jesús, obedientísimo,
-Jesús, manso y humilde de corazón,
-Jesús, amante de la castidad,
-Jesús, amador nuestro,
-Jesús, Dios de paz,
-Jesús, autor de la vida,
-Jesús, modelo de virtudes,
-Jesús, celoso de la salvación de las almas,
-Jesús, nuestro Dios,
-Jesús, nuestro refugio,
-Jesús, padre de los pobres,
-Jesús, tesoro de los fieles,
-Jesús, pastor bueno,
-Jesús, verdadera luz,
-Jesús, sabiduría eterna,
-Jesús, bondad infinita,
-Jesús, camino y vida nuestra,
-Jesús, alegría de los ángeles,
-Jesús, rey de los patriarcas,
-Jesús, maestro de los apóstoles,
-Jesús, doctor de los evangelistas,
-Jesús, fortaleza de los mártires,
-Jesús, luz de los confesores,
-Jesús, pureza de las vírgenes,
-Jesús, corona de todos los santos,
Ten misericordia de nosotros.
-Senos propicio
Perdónanos, Jesús.
-Senos propicio
Escúchanos, Jesús.
-De todo mal,
-De todo pecado,
-De tu ira,
-De las asechanzas del demonio,
-Del espíritu impuro,
-De la muerte eterna,
-Del menosprecio de tus inspiraciones,
-Por el misterio de tu santa encarnación,
-Por tu natividad,
-Por tu infancia,
-Por tu divinísima vida,
-Por tus trabajos,
-Por tu agonía y Pasión,
-Por tu cruz y desamparo,
-Por tus sufrimientos,
-Por tu muerte y sepultura,
-Por tu resurrección,
-Por tu ascensión,
-Por tu institución de la santísima Eucaristía,
-Por tus gozos,
-Por tu gloria,
Líbranos, Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros Jesús
-Jesús, óyenos.
-Jesús, escúchanos
(se repite)
ORACIÓN: Te pedimos Señor, que quienes veneramos el Santísimo Nombre de Jesús disfrutemos en esta vida de la dulzura de su gracia y de su gozo eterno en el Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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