24 marzo 2017. Viernes de la III semana de Cuaresma – Puntos de oración

“Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta. Tomad vuestras promesas con vosotros y volved al Señor” En este viernes de Cuaresma Dios nos invita una y otra vez a ponerle en el centro. Sorprende y conmueve cómo Dios, utilizando un tono casi de súplica, nos exhorta a volver a Él, haciéndonos recordar que Él nos amó primero. En ese sentido, las lecturas nos invitan a volver a lo esencial de nuestra fe, lo fundamental, nos invitan a volver al amor primero. El que ha tenido una experiencia de Dios, en ejercicios espirituales, por ejemplo, ha sentido la fuerza transformadora de su amor, que es lo que finalmente cambia el corazón endurecido del hombre, lo que suscita su conversión. Y en este tiempo de Cuaresma viene muy bien meditar en esa misericordia que Dios tuvo para con nosotros. En la oración piensa, ¿En qué momento de tu vida el Señor tocó tu corazón?, quizá en unos ejercicios, un retiro, unas jornadas… ¿Cuándo pudiste palpar claramente que te ama de manera personal? Recuérdalo y reaviva tu fe. Recuérdalo y renueva tu respuesta. Amor con amor se paga, esa es la respuesta que Él pide: “… Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser", pues Él nos amó primero. Este es el mandamiento primero, el más importante, es como el cimiento en donde se sostienen todos los demás, entonces, habrá que darle la importancia que merece. Y justamente para eso estamos aquí, pues se trata de alimentar nuestro a amor todos los días, y el medio que tenemos más a nuestro alcance es la oración. En la oración, en la lectio divina, podemos percibir en nuestro interior lo que dice el salmo: “Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz”.

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo"… Es consecuencia de vivir lo primero. Es el vaso lleno que se derrama. Qué bien grafica el Papa Francisco este segundo mandamiento más importante cuando dice: “El otro es un don”. Mi prójimo es un regalo, un don, en cuanto me hace salir de mismo haciéndome mejor persona, es lo que hace el amor. Esforcémonos por vivir esto, no sólo en estas semanas, sino siempre, que al final, al darnos a los demás, somos nosotros los beneficiados. Pidámosle a Santa María, en la víspera de la Anunciación, esta gracia.

Archivo del blog