La Pasión del Señor
ha sido siempre motivo de la oración cristiana, basta ver el lugar que ocupa en
los evangelios. El domingo pasado se nos leyó la Pasión según el evangelio de
san Mateo y el viernes escucharemos la Pasión según san Juan. Además, a lo
largo de la cuaresma se nos va orientando hacia esta cumbre de la vida de
Jesús. Para orar la Pasión del Señor debemos meditar sobre los sentimientos del
Corazón de Cristo, pedir conocimiento interno del Señor que por mí va a la
Pasión.
En su Pasión debemos
considerar no solo los sufrimientos externos sino también los internos como es
la traición del amigo que hoy nos presenta el evangelio. La biblia contempla
esta realidad: “Aún mi mejor
amigo, en quien yo confiaba, el que comía conmigo se ha vuelto contra mí” (Salmo 41, 9). La traición de Judas
resulta difícil de comprender, aunque también debemos sacar provecho para
nuestra vida cristiana y poner a Dios por encima de todo, aun incluso de
nosotros mismos. La traición de Judas nos invita a vivir en humildad y obediencia
de fe para no ponernos por encima del Señor sino ser sus discípulos y
seguidores confiando más en Él que en nosotros mismos.
En los cánticos del
Siervo de Yahvé se expresa como la confianza en Dios vence toda dificultad y
facilita llevar adelante la misión encomendada. Esa confianza puede alentar a
otros en su misión de servicio que Dios da a cada uno venciendo todo
abatimiento: “El Señor Dios me ha dado una lengua
de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento.” Podemos ver aquí la vida íntima de Jesús en su Pasión.
También el salmo nos da claves para
caminar en fidelidad: “buscad
al Señor, y revivirá vuestro corazón.” El
salmo expresa las preferencias de Dios que hacen vivir en su alabanza y con
alegría. “Alabaré el nombre de
Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. Miradlo,
los humildes, y alegraos, buscad al Señor, y revivirá vuestro
corazón. Que el Señor escucha a sus pobres”.
Busquemos al Señor en su Pasión para
que experimentemos su amor y podamos participar de su Resurrección.