Todos los días del año son importantes y tienes su
relevancia.., pero hay algunos que sin ser
tan importantes, nos preparan para vivir aquellos que si lo son... Hoy es uno
de esos días... Desde que amaneció nos está haciendo vibrar de un modo
particular, pues esta noche tendremos la Gran Vigilia de la
Inmaculada...
Todos los años esperamos con ansias
la noche del 7 de Diciembre..., y
es que no puede ser para menos... Quisiéramos no dormir esta noche, para ser
los primeros en felicitar a nuestra Santísima Madre por el Don y la Gracia de
ser Inmaculada.., y cuando decimos Inmaculada.., creo que lo decimos todo en
ella...
¡Gracias Madre, porque nos permites llegar un año más a esta tu
festividad, y 24 horas antes, la soñamos como si ya la estuviéramos viviendo...
El estar en vigilia, en expectación, nos permite estar despiertos,
atentos y ansiosos ante los acontecimientos que se avecinan...
Por eso hoy viviremos nuestra oración
diaria con el corazón traspasado de entusiasmo.., y al contemplar el evangelio de esta mañana, nos
animaremos aún más, para prepararnos debidamente a la celebración de la
noche...
¿Qué nos dice el Evangelio de hoy? Comienza con estas palabras: "«No todo el que me dice "Señor,
Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de
mi Padre que está en los cielos."
¡Cuántas
veces se nos
ha ido la fuerza por la boca, como solemos decir...!
¡Cuántas
veces hemos
prometido lo que luego no hemos dado...!
En cambio cuando ponderamos
estas mismas palabras contemplando la vida de Nuestra Santísima Madre,
nos quedamos admirados ante la fidelidad con que las vivió en su vida, y esto
desde la Encarnación hasta el Calvario... Todo en ella se puede resumir
diciendo, que María fue la mujer del Hágase y del Estar..., es decir de la
Voluntad de Dios hecha vida...
¡Madre, no
permitas que
seamos hombres o mujeres "necios", y alcánzanos la
gracia de corresponder con firmeza a la Voluntad de Dios, edificando
nuestras vidas sobre roca y no sobre arena...! Que así sea...