17/3/2018. Sábado de la IV semana de Cuaresma – San Patricio


Lectura del libro de Jeremías (11, 18-20)
El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó todas sus intrigas. Yo, como manso cordero, era llevado al matadero; desconocía los planes que estaban urdiendo contra mí: «Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los vivos, que jamás se pronuncie su nombre». Señor del universo, que juzgas rectamente, que examinas las entrañas y el corazón, deja que yo no pueda ver cómo te vengas de ellos, pues a ti he confiado mi causa
Salmo responsorial (Sal 7, 2-3. 9bc-10. 11-12)
R. Señor, Dios mío, a ti me acojo.
Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame,
que no me atrapen como leones y me desgarren sin remedio. 
R.
Júzgame, Señor, según mi justicia, según la inocencia que hay en mí.
Cese la maldad de los culpables, y apoya tú al inocente,
tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú, el Dios justo. 
R.
Mi escudo es Dios, que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo, Dios amenaza cada día. 
R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (7, 40-53)
En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: - «Este es de verdad el profeta». Otros decían: -«Éste es el Mesías». Pero otros decían: - «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?». Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: - «¿Por qué no lo habéis traído?» Los guardias respondieron: - «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Los fariseos les replicaron: - «¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos». Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: - «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?». Ellos le replicaron: - «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas». Y se volvieron cada uno a su casa.

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